De acuerdo con las estadísticas del Eurostat, más del 65% de los españoles viven en comunidades de propietarios, lo cual acarrea un gran riesgo de problemas entre vecinos, puesto que la convivencia no es fácil en muchas ocasiones.
Para evitar estos conflictos contamos con la ayuda de la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), aplicable a todas las construcciones, y con los estatutos de la comunidad, diseñados por cada una, los cuales están pensados para establecer una serie de normas en el edificio y evitar los conflictos.
Muchas veces, estos conflictos se originan por falta de civismo o de empatía vecinal, pero muchas otras se deben al desconocimiento de las normas anteriormente mencionadas.
Los principales conflictos vecinales son:
Problemas personales
- Morosidad: La morosidad se ha convertido en estos últimos años en el principal problema en los bloques de viviendas. Las deudas de determinados vecinos hacen que salten chispas entre los pagadores y los morosos y muchas veces causa rencores y trifulcas.
Es bastante habitual que en estas situaciones se intente “compensar” estos impagos con la eliminación de privilegios del moroso, privándole del uso del ascensor u otros elementos comunes, pero esto no es aconsejable, pues se puede constituir un delito de coacción y dificultará la solución del problema.
- Los ruidos: Según un estudio del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, hasta el 20% de las quejas vecinales son a causa de los vecinos ruidosos.
- El uso de las zonas comunes: La utilización de estos espacios suele regularse por los estatutos comunitarios y la LPH, pero no siempre estas normas son respetadas.
Además de muchos otros problemas que pueden surgir por el mantenimiento, la inseguridad del edificio o la presidencia de la comunidad, entre otros.

Problemas entre vecinos por obras
- Las reformas privadas: A pesar de que no necesiten consentimiento vecinal (siempre que no afecten a elementos comunitarios) suelen acarrear problemas, provocados por no respetar la limitación de horarios de trabajo o el uso del ascensor comunitario para la retirada de escombro o el transporte de material, puesto que es bastante molesto y suele causar desperfectos en los elementos comunitarios.
- Las obras comunitarias: Las obras comunitarias son un gran dilema que conllevan muchos problemas. Primero hay que ponerse de acuerdo sobre que debe ser cambiado, como y si realmente es necesario, para después hacer frente al consiguiente problema: el pago. ¿Quién debe pagar las obras del edificio?
La principal disputa suele ser todo aquello relacionado con la eliminación de barreras arquitectónicas, es decir, la instalación del ascensor, rampa o elevador, pues no todos los propietarios los consideran necesarios.
Este tipo de obras NO requerirán la aprobación en junta si son solicitadas por propietarios con discapacidad o mayores de setenta años, siempre que el coste no supere las doce mensualidades.
También debemos distinguir el resto de obras entre necesarias o de mejora para el edificio. Las obras de mejora (cambiar la decoración del portal, por ejemplo) que superen el importe de las tres mensualidades ordinarias de gastos comunes, no serán de pago obligatorio para aquellos vecinos que no estén de acuerdo en su realización, pero aquellas de carácter necesario (reparaciones) sí lo serán.
Si una obra provoca daños en una vivienda privada, el propietario tiene derecho a recibir una indemnización por estos daños.
- Las humedades: Supone una fuente de conflicto porque no siempre es evidente el origen de la humedad y quien debe hacerse cargo de los gastos. Si la humedad proviene de algún elemento comunitario (alguna bajante o filtración por problemas de impermeabilización), la comunidad (o su seguro) deberán hacerse cargo de los desperfectos, pero si esta proviene de una vivienda, el propietario es el responsable, a no ser que tenga seguro de hogar o que la comunidad tenga contratada la garantía de daños por agua a bienes privados.

¿Cómo solucionar los problemas entre vecinos?
El primer paso para la solución de conflictos es la mediación del presidente de la comunidad, el cual abrirá la vía del diálogo para intentar solucionarlo. Si esto no funciona, se deberá recurrir a la junta de vecinos, y si también fracasa esta vía, se deberá recurrir a la vía judicial.

Sin embargo, según el Colegios de Administradores de Fincas de Madrid, se estima que en torno al 80% de las disputas entre vecinos puede solucionarse mediante la mediación y el diálogo.
Pero para los casos en los que esto no ocurre y evitar disputas, es necesario contar con un buen seguro de comunidad que nos proporcione soluciones y tranquilidad.
Con nuestra garantía de defensa jurídica estarás protegido ante todos estos posibles problemas entre vecinos.

No responses yet